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Más Gratitud, Menos Quejas

Más Gratitud, menos quejas

Entre las conversaciones que sostenemos, muchas de ellas van orientadas a  quejarnos;  nos quejamos porque hay mucho verano o mucha lluvia, o el tráfico cada vez es peor, nos quejamos de los jefes, de los compañeros de trabajo, de los hombres, de las mujeres, de las parejas, del Gobierno, del pago de impuestos, del ruido;  hay quejas de tipo como “es que sin dinero no puedo conseguir lo que quiero o no puedo hacer nada”, o “ahora que tengo el dinero no tengo tiempo de nada”, y un sin número de quejas que no acabaría de escribir.

En la vida nos encontramos con situaciones difíciles, eso es parte de estar en la experiencia humana, situaciones que nos prueban y nos llevan a nuestros límites y es normal comentarlas, desahogarte es sano; sin embargo cuando una actitud de queja constante te embarga, es cuando se arma un problema complicado, porque la queja tiene un nivel vibratorio muy bajo, ¿te has dado cuenta que cuánto más te quejas, peor te salen las cosas?

 Es como caer en unas arenas movedizas, y entre más te mueves más te hundes; igual en la vida entre más te quejes, más complicada se torna.

Esta respuesta de la vida a las quejas tiene una explicación sencilla (no es la única respuesta seguramente, pero es una de las razones), somos imanes creadores de las situaciones de la vida que vivimos; emitimos frecuencias vibratorias permanentemente y las frecuencias vibratorias van sintonizando unas con otras; los pensamientos, emociones y palabras, son frecuencias vibratorias, que sintonizan o atraen lo que hablamos y sentimos con intensidad.

He notado en muchas conversaciones de las que he participado como interlocutor o he sido testigo, que quejarse tiene una participación muy especial en el entorno social:

  • A veces quejarse te hace sentir más inteligente o más chick; estar enterado de la actualidad del mundo.
  • En otras ocasiones, el quejarse te pone en una situación de víctima de las circunstancias y crees que te quitará la responsabilidad de lo que sucede, te quejas muchas veces esperando a que otro te resuelva algo que te molesta a ti;
  • Y en otras, te quejas porque es costumbre o hábito, la gente se queja porque sí.

Te ha pasado que la forma en que entablas una conversación con alguien en una fila (de banco por ejemplo), siempre arranca por una queja, lo primero que te dicen o dices es “este banco siempre es lo mismo, es una demora terrible, no sé cómo es que no ponen más cajeros, como es que no consideran a los clientes, terrible el servicio…” o comienzan a hablar de lo mal que está el país o la seguridad, o el clima y cuando menos te das cuenta estás en esa misma vibración, quejándote…. Es como una adicción entre nosotros.

La queja es una opción para no responsabilizarte y dejar de tomar acción; o para enredarte mentalmente y sufrir, porque si esa situación por la que te quejas tiene una solución, pues lo lógico es que busques la manera de solucionarlo y tomes las acciones necesarias para tal fin. Y si aquello por lo que te quejas no tiene solución, ¿qué ganas dándole vueltas mentalmente y sufriendo por eso? ¿En realidad crees que quejándote, se va a solucionar?

 ¿Alguna vez has hecho una queja formal a un banco o una superintendencia o una autoridad pública por lo mal que te parece lo que está sucediendo? O ¿alguna vez has hablado personalmente con esa persona que te causa tanta inconformidad?

Lo más seguro es que no, solo queda en palabras, pensamientos y emociones de rabia y resentimiento, quedaste atrapado en las quejas.

El quejarse es una actitud que tomamos frecuentemente e incluso lo hacemos a través del humor cínico o humor negro como algunos lo llaman, pero se queda ahí, en una sensación de malestar que te lleva a más quejas que te hacen sentir peor.

Debido a que es como un círculo vicioso, no es tan fácil dejar de quejarnos porque sí, así te resuenen estas palabras, dejar de quejarse es difícil, porque cuando tienes ese hábito, el subconsciente ya está acostumbrado y por otra parte el sistema social te lleva fácil a la queja. 

Por esa razón la propuesta es cambiar quejas por gratitud, cuando observes que te estás quejando, y te des cuenta de lo que dices, de inmediato envía un agradecimiento a la vida.

Porque es necesario enviar la intención a algún lado, no solo dejar de quejarte, la queja tiene una frecuencia vibratoria entonces tenemos que cambiarla por otra, no solo dejarla así nomás, porque lo más seguro es que si no la lanzas a otra sintonía en poco tiempo vas a estar quejándote igual; por eso es importante intencionar el trabajo de consciencia y cambiar la queja por la Gratitud. Por ejemplo:

  • Si te estas quejando por pagar impuestos; agradece que tienes esa propiedad por la que estás pagando ese impuesto, si no tuvieras nada, no tendrías que pagarlos.
  • O sí te estás quejando porque llueve mucho y hace frío, agradece porque las plantas están recibiendo esa agua y con ella pueden purificar el aire que respiras.
  • Si te quejas porque en el empleo que tienes no te reconocen tu buen trabajo, agradece que tienes un empleo que te permite dar lo mejor de ti y vivir la vida que llevas. 
  • Si la queja va encaminada a que tu pareja no te manifiesta su amor como tú quieres; agradece que tienes a quien amar y de quien recibir amor en la forma en que te lo manifieste.
  • Si te quejas porque estás enfermo, agradécele a tu cuerpo y a tu sistema inmunológico que esté haciendo su trabajo para que te puedas sanar.

Siempre hay algo por que agradecer ante cualquier queja. Siempre

Hazlo solamente contigo por ahora, no le digas a los demás que deben hacer, a nadie le gusta que le digas que es un quejumbroso y menos que tiene que hacer, y menos como está de moda en estos tiempos, decirle que es una persona tóxica, eso es horrible para cualquier ser.

Este es un trabajo que tienes que desarrollar en ti, el impacto se irá dando en otros sin decir nada y de forma milagrosa; y si no, con que se haga en ti es maravilloso, tu ganas paz y bienestar.

Cuando practiques “Más Gratitud, menos quejas”, tu vibración se elevará de una manera que te sorprenderá, y conseguirás aún más tus sueños, metas y deseos, vivirás en paz, tu estado de bienestar será mayor y además fortalecerás cada vez más tu fe y confianza. Agradecer realmente cambia la vida.

Al tener una vibración más alta, más positiva, el Universo Creador entenderá que estás agradecido y te dará más motivos para estarlo; por el contrario al estar en una vibración de queja, igualmente te dará más razones para quejarte más, sin solucionar nada.

Es que tan solo imagínate que tienes unos invitados en casa, que les ofreces comida y vino, y un par de ellos, se quejan y te dicen “que fea comida, estaba fría y sin sabor” otro par de ellos “te agradecen y te dicen gracias por la cena, gracias por invitarnos a tu casa”. ¿A quiénes volverías a invitar? La respuesta es obvia.

 ¡Comienza hoy! Y Hazlo por 21 días.

Ponte un recordatorio y cambia por lo menos una queja por un agradecimiento y cada día haz lo mismo, una y otra más, hasta que tu día este lleno de más gratitud que de quejas; no pretendo que desaparezcan, solo que tu vida vibre en el bienestar de la Gratitud, más que en el malestar de la queja.

 Gracias por tu tiempo

Un abrazo lleno de alegría para esta semana

 Cony Carrión

 

Esta entrada tiene 2 comentarios
  1. Excelente articulo lo estoy poneindo en practica y me he sentido mucho mejor ..porque realmente cuando eres consciente te das cuenta que te quejas demasiado en un dia…jejeje

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